Empecemos por contextualizar la época de 1987, el 19 de Octubre fue el primer Lunes Negro, el Dow Jones bajó el 22,6% y Wall Street enfrenta su segunda caída más grande de toda la historia. ¿Razones? Déficit comercial record, alza de tasas de interés a causa de la elevada inflación, guerra Iran-Irak y el consecuente problema de suministro de petróleo, además, problemas en el mercado inmobiliario, pero a esos detalles dedicaré otro artículo. Dicha caída tuvo un impacto que afectó los mercados durante 2 años.
El toro
El 15 de diciembre de 1989 aparece sin previa autorización lo que sería conocido como «El toro de Wall Street» justo frente a la bolsa de New York. DiModica creó el Toro en Embestida para celebrar la determinación y el espíritu del pueblo estadounidense gastando todos sus ahorros, 300.000 dólares. Sin embargo, los corredores de bolsa la quitaron de allí al día siguiente porque no podían soportar que un toro fuera un regalo de navidad justo cuando aún resonaba la caída de los mercados dos años atrás.
No obstante, el gobierno municipal de New York con mucho gusto aceptó el regalo y le encontró una ubicación permanente en Bowling Green, que se encuentra en Broadway, a poca distancia de Wall Street.
La niña sin miedo frente al toro de Wall Street
La historia de «la niña sin miedo» es muy similar, la mañana del 7 de marzo de 2017, víspera del Día Internacional de la Mujer, el toro de Wall Street se encontró a una niña con pose desafiante que le plantaba cara. La niña, creada por el escultor Kristen Visbal y patrocinada por la firma State Street Global Advisors, una gran firma de inversiones estadounidense decidida a llamar la atención sobre la brecha de género en el mundo de los negocios y recordar a los inversores la necesidad de aumentar el número de mujeres en la dirección de las empresas. A sus pies, una pequeña placa señala en inglés:
«Conozca el poder de las mujeres en el liderato. ELLA marca una diferencia».
Pese a que la escultura de la niña sin miedo no deja de ser una pieza publicitaria, continúa enfrentando toda la figura masculina de Wall Street y nos recuerda cada día que las mujeres pueden ser tan buenas como lo hombres, desafiando un poco toda la testosterona que ha predominado allí.