Recientemente alguien me hizo recordar uno de mis poemas favoritos; “Aprendiendo”, de Jorge Luis Borges, allí Borges plantea que sólo con el tiempo uno aprende que los futuros tienen una forma de caerse a la mitad. La verdad es que lo anterior le da paso a lo que quiero comentarte en este artículo.
Hasta hace unos años se escuchaba a muchos decir que preferían guardar sus ahorros debajo del colchón que ponerlos a producir. Afortunadamente esto quedó en el pasado, Nosotros los Millennials hemos crecido con una percepción diferente de la vida y de cómo queremos vivirla, soñamos con un futuro más cómodo donde podamos disfrutar a plenitud nuestro tiempo; es por esto que surgen en nosotros una serie de ideas que nos impulsan a querer producir más dinero.
Es claro que para muchos de nosotros, aquella vida que soñamos tener, requiere de más de una fuente de ingresos, necesitamos dos, tres, y porqué no, hasta cuatro, más aún sabiendo que cualquier día algo nos puede faltar y que ese futuro que soñamos podría venirse abajo si no estamos asegurados.
Con todo esto surge la inquietud invertir en algún tipo de negocio que realmente sea rentable, y durante esta búsqueda aparece el trading como una muy buena alternativa, pero ¿realmente lo es?